La familia es la unidad básica de los grupos sociales y realiza diversas funciones sociales. La función más básica es organizar la vida, reproducirse y satisfacer las necesidades físicas y psicológicas de los dos sexos. Si los sentimientos del esposo y la esposa, la relación padres/madres-hijos/as y la relación entre los miembros de la familia no es armoniosa, áquella afecta la salud mental y física de cada miembro. La formación de la familia dan lugar a obligaciones legales y morales hacia los cónyuges, los hijos, los padres de ambos cónyuges y la sociedad.
Respetar a las personas, amarlas, cuidarlas y condensar la propia felicidad con la felicidad del cónyuge, los hijos y la familia son los valores morales del matrimonio y la familia. Las emociones de las parejas deben ser constantemente integradas en la vida para cultivarse y enriquecerse, con el fin de consolidarse y desarrollarse. La vida es severa, compleja y tortuosa, y todo tipo de factores ideológicos, morales, económicos, políticos, culturales, de personalidad, de parentesco y sexuales afectan a ambos lados. En el largo río de la vida, las parejas deben apoyarse, cuidarse, entenderse, consolarse, tolerarse e incluso hacer los sacrificios necesarios, con el fin de lograr el respeto mutuo y el amor mutuo para hacer que el árbol del amor sea perenne.
No es aconsejable que algunas personas usen el sexo como un arma mágica para castigar, chantajear y satisfacer demandas irrazonables, causando así la disfunción sexual de la otra parte. La división de poderes y deberes en la familia debe ser igualitaria y democrática, mutuamente respetuosa y compartir la carga de las tareas domésticas. La vida económica debe acordarse conjuntamente, y es muy importante ser diligente en el manejo de la familia.